En 2020, en medio de un momento lleno de incertidumbre, dos amigos de toda la vida decidieron dar un paso valiente: unirse
como socios y abrir un pequeño local en el corazón de su pueblo. Su idea era sencilla, pero cargada de ilusión: ofrecer desayunos
de calidad que recuperaran el sabor de la tradición y, al mismo tiempo, aportaran un aire fresco y moderno al día a día de los vecinos.
Lo que comenzó como un sueño compartido, pronto se convirtió en un punto de encuentro para todos. Con churros recién hechos, café aromático y una sonrisa siempre lista detrás de la barra, aquella cafetería/churrería empezó a despertar las mañanas
del pueblo con el calor de la amistad y la cercanía.
Hoy, el proyecto sigue creciendo con la misma esencia con la que nació: ser un lugar abierto a todas las edades, donde cada desayuno es más que una comida, es una oportunidad para conversar, reír y compartir. Porque cuando dos amigos se unen para
crear algo con el corazón, el resultado no puede ser otro que un rincón que ya forma parte de la vida de su gente.visita es una experiencia distinta, siempre pensada para todos los públicos.